La actriz ha denunciado que sus escenas se han visto reducidas en la secuela de la película que se estrenará este año.
Aunque el universo DC está a punto de experimentar un reinicio completo con la llegada a los mandos de James Gunn y Peter Safran, algunas de las películas ya planeadas que forman parte de la etapa anterior llegarán a las salas de cine este 2023. Una de ellas es Aquaman and The Lost Kingdom, la segunda parte de la película Aquaman cuyo estreno se espera para finales de año y que estos días se ha convertido en noticia a raíz de algunos rumores en cuanto a su calidad.
La secuela llega cinco años después de la película que Jason Momoa protagonizó en 2018 bajo la batuta de James Wan, un largometraje sobre el que pesaban grandes expectativas y que fue un auténtico bombazo en taquilla -fue la cinta de DC que más había conseguido recaudar hasta la fecha, de hecho-, pero cuyas críticas estuvieron bastante divididas.
En ella, el ex de Juego de Tronos y Conan Jason Momoa se metía en la piel de Arthur Curry, un metahumano con superpoderes hijo de la princesa de un reino subacuático llamado Atlántida y un humano que es criado en la Tierra hasta que, ya como adulto, se ve obligado a hacer frente a algunos problemas que han surgido en su mundo. Una aventura en la que tiene que descubrir quién es y si realmente es digno de ser un rey y un héroe para Atlantis.
Además de Jason Momoa, completaban el reparto de la cinta Amber Heard, como Mera, Yahya Abdul-Mateen II como Black Manta, Patrick Wilson como Orm, Nicole Kidman como Atlanna, Willem Dafoe como Nuidis Vulko y Dolph Lundgren como Rey Nereus, entre otros.
En Aquaman el interés amoroso del personaje de Jason Momoa es Mera, una princesa atlante criada para convertirse e reina a la que encarna Amber Heard, pero parece ser que ambos intérpretes no tenían mucha química entre ellos y que construirla en cámara desde cero fue una tarea bastante complicada, por lo que la segunda película, Aquaman 2, estará más centrada en la relación entre hermanos, un hecho que no ha dejado de estar exento de polémica. Mientras el ahora ex presidente de DC Walter Hamada comentó en su día los problemas de química y su intención inicial de dejar más de lado la historia de amor, Amber Heard estuvo convencida desde el principio de que la reducción de sus escenas se había producido a consecuencia de sus problemas legales con Johnny Depp.
De hecho, la actriz llegó a compartir este hecho durante el juicio por difamación en su contra y la defensa de Johnny Depp rápidamente alegó que sus problemas profesionales poco tenían que ver con que su cliente hubiera movido hilos, sino a la poca química con Momoa, llegando a decir incluso que se llevaban mal.
Así, en la denuncia de la actriz, no ayudó el hecho de que, efectivamente, Heard y Momoa estuvieran muy lejos de ser una y carne durante el rodaje, según había trascendido con anterioridad.
Jason es alérgico a que lo ignoren
Según contó la propia Heard en una entrevista con Jimmy Fallon, el rodaje con Jason Momoa no siempre había sido cómodo, puesto que, mientras ella estaba más interesada en leer en sus ratos libres, el actor estaba completamente volcado en tratar de llamar su atención: "No puede quedarse quieto así que, pase lo que pase, empujará, insistirá y pinchará, cualquier cosa para llamar tu atención. Especialmente si disfrutas de una actividad más tranquila como leer".
"A mí en el set me gusta leer. Y eso le vuelve loco", le contó Heard a Fallon. La actriz lo contaba de buen rollo, pero sin esconder lo molesto que pudo llegar a ser: "Así que rápidamente adoptó un método para aliviarse. Se dedicaba a arrancar las últimas páginas de mi libro, lo cual es molesto. Cuando llegaba a las últimas 10 páginas simplemente no estaban".
Afortunadamente, según Heard, diseñaron para ella una funda con el material del chroma que le permitía llevarse el libro consigo siempre y evitar el trolleo de su compañero.
FUENTE: Sensacine